sábado, 21 de agosto de 2010

Espejo, espejito...



- Ah, pero la rep... madre!! ¡¿Te creés chistoso?!

martes, 10 de agosto de 2010

La sartén por el mango

Supusimos erróneamente que la de acá abajo iba a pronosticar con mejor tino. Pero como por lo visto nada ha explotado aún, nos sentimos interpelados a volver a torcer el rumbo de la nave y ponernos al frente de este naufragio, como corresponde.
Claro que las ideas suelen ser impuntuales, incluso la mayoría de las veces directamente me plantan, de modo que, como era de esperar, todavía no han llegado. Y como se les viene haciendo costumbre esto de olvidarse de acudir a mis ya desesperados llamados, decidí ganarles de mano y guardar con celo en mi memoria un par de simpáticas anécdotas para sacar de la galera cuando lo considere adecuado y poder así rellenar estos silentes y agónicos episodios.
El inconveniente es que la ociosidad me enllenó de silencio a mí, y si ahora hay algo que abunda en mi mente, no es otra cosa que el espacio vacío.
Más allá de que para cualquier persona con sed de conocimiento esto podría significar una absoluta calamidad, para alguien como yo, acostumbrada ya a que la posibilidad de conocer me gambetee, esta circunstancia representa la revancha que la vida supo darme para poder salir de esta catástrofe que es la cabal y desfachatada ignorancia en la que me encuentro sumergida.
Claro que yo, al grito de: "¡No contaban con mi gambeta!" seguido de "¡El que gambetea último, gambetea mejor!" conseguí evadir el incordio de tener que vérmelas con el saber y empezar de una vez por todas a pensar.
Como oveja descarriada de mi buen pastor, predico con el ejemplo; el que indudablemente no hay que seguir.
Endemientras, vosotros, pensáis para mejorar ÉSTA... nuestra amada tierra.