martes, 28 de julio de 2009

Haven't got a clue

Que el contador de brotes marque sólo uno, guarda estrecha relación con un mes de julio próximo a extinguirse. De otro modo, se trataría de algo deshonesto, o, en una perspectiva un tanto más optimista, de estar arañando el alta.
Y sin que esto necesariamente signifique que respecto a este tema tomo una postura pesimista, con esta nueva entrada no hago otra cosa que rectificar la probabilidad de la (lo)cura.

A veces, y cada vez con mayor frecuencia, el papel de anti-heroína me sienta muy bien... Sin abusar tampoco.

Repasando lo escrito en la entrada anterior, me dio la sensación de que tal vez debería retomarlo, para intentar aclarar los posibles -y harto probables- baches que pudieran haber surgido luego de su lectura. Pero lo cierto es que para poder hacerlo, debería tener en claro, primero yo, el sentido de lo que quise decir. Y eso es algo que todavía no ha ocurrido.

Además, dejar algunas cosas como están, sin insistir en revisarlas, para poder explicarlas o encontrarles algún sentido, es algo que me resulta, cada vez más seguido, aún mejor...

Sin abusar tan poco.

martes, 21 de julio de 2009

Cosmic Centrifugueitor's contents

Definiendo contenidos -o de aquello que se supone podrá encontrar aquí-:

Ni una sola palabra en serio... ¡En serio!

El indiscutible poder de síntesis plasmado en el renglón de arriba, lejos de significar un dominio magistral del lenguaje, o una notable capacidad de condensar en una única oración las innumerables sensaciones que surgen a la hora de iniciar algo, responde, más precisamente, a un faltante de ideas, cuanto menos alarmante. Sin embargo lo que advierte es muy cierto.

En el párrafo anterior queda en evidencia, además, y muy por el contrario, que las demás cosas que puedan explicarse en unas pocas líneas, serán irremediablemente de extensiones bíblicas y les causarán un enorme desconcierto. Tratándose de este modo, lo conseguido con el primer renglón, de la excepción que confirma la regla.

Lo mío consta, básicamente, de una especie de nada retórica o barroca. Pero no dejen que el estilo retorcido de esta humilde servidora los confunda, estimados míos; porque lo más probable es que la confundida sea la que escribe, o, también, que sencillamente esté
batiendo cualquiera.

Luego de estas estrafalarias pero sinceras palabras inaugurales, me/os doy la bienvenida.

¡Enhorabuena!